Hay muchos chicos que, como Valentín, pasan su infancia en hogares de niños. Estos chicos no están esperando una familia, están esperando “ser familia”. Es importante respetar la realidad en que viven, que no es muy diferente a la de todos los niños: sólo necesitan que se los cuide, recibir cariño y las mismas oportunidades que cualquier otro chico. No por vivir en un hogar deben ser considerados en el colegio como “los chicos del hogar”. Vivir en un hogar no les impide estudiar ni divertirse, invitar a amigos a jugar o salir de paseo. No los hace víctimas, ni tampoco delincuentes.
Al igual que Valentín, los chicos que son adoptados deben pasar por un proceso de adaptación para acostumbrarse a su nueva familia. Pero no siempre las familias que adoptan chicos son tan receptivas como Mary, Taylor y Devi: muchas de ellas terminan devolviéndolos al hogar porque cualquier nuevo problema en la familia “es culpa del niño adoptado”. No tienen en cuenta que en este proceso son ellas también quienes deben hacer un esfuerzo para integrar al nuevo miembro de la familia.
Es por eso que es importante que cuando una familia adopta a un chico, mantengan la armonía ayudándolo a construir un presente que respete su pasado y proyecte a futuro. Los chicos en situación de adopción tienen una familia de origen con la que la mayoría de las veces mantiene contacto y una historia propia que debe ser tenida en cuenta.
Fundación Juanito es una organización dedicada a la protección de la infancia y adolescencia en riesgo. Cuenta con un hogar que trabaja para garantizar los derechos que tienen todos los chicos y brindarles las mismas oportunidades que tiene cualquier niño.
Enterate más y colaborá con la organización aquí: http://www.fundacionjuanito.org.ar
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