Ayer Aliados se despidió de la pantalla y si bien a partir de sus números no puede decirse que haya sido un gran éxito, es una producción que ganó por otros lados. Arriesgada, con un formato novedoso, sumando plataformas, la ficción fue pensada como un producto más allá de las fronteras de la tele de aire.
Con números muy parecidos a los de Aliados, otros programas este año tambalearon en la grilla y fueron confinados al fin de semana, pero esa no fue la suerte del unitario, sobre todo por el valor innovativo del producto creado. La producción llegó con una propuesta que mezcló fantasía y realidad, y que propuso tratar la eterna lucha entre el bien y el mal como tema principal.
Protagonizado por Peter Lanzani, junto a otros jóvenes actores de la factoría Cris Morena, Aliados trajo además a la productora nuevamente a la tele, después de dos años de ausencia. La propuesta tuvo una estrategia 360, acorde al formato que hoy las tiras juveniles llevan adelante en el mundo, y ese no es un dato menor.
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Aliados se propuso quizás un camino comparable con el de Violetta en la tele de aire, donde pasó desapercibido para muchos, pero que había resultado rendidor hacia afuera, de buena performance en el cable, éxito en las redes sociales, e ideal para la venta internacional hoy. La ficción de Cris Morena respaldada además por antecedentes como Chiquititas, Casi Ángeles o Rebelde Way, que le allanan el terreno y lo posicionan muy bien en cuanto a su proyección internacional.
Su presencia en la tele de aire fue un trampolín, una pata más de las muchas que hoy se tienen en cuenta a la hora de producir un programa como Aliados, el que no se acaba en las mediciones del aire, sino que continuamente está generando por otros lugares. Las producciones comienzan así a pensarse más allá, pensando en la industria, en ampliar plataformas y en estar “a tono” con el resto mundo, con lo que se viene.
Fuente: Television.com.ar
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