Podrán decirse muchas cosas de Cris Morena, pero no que no conoce a su público. Ella sabe exactamente a quién le está hablando en cada una de sus producciones, y en cada una redobla esfuerzos para dejarlo en claro. Es a partir de ahí, de este gran capital, que establece un código a partir del que siempre logra conectar con los jóvenes, y logra convertirlos en público fiel.
Cris Morena corre el riesgo, sus éxitos más grandes Chiquititas, Floricienta, Rebelde Way o Casi Ángeles, tuvieron varias temporadas y pocas cosas en común, como hoy tampoco lo tienen con Aliados. Entre lo que sí tuvieron están los protagonistas juveniles y las canciones, mientras que las historias, los nombres propios, la forma de presentarlas y el formato, giran, se renuevan, se reinventan, cambian, y se adaptan a lo que ella, la cabeza detrás de todo eso, siente.
Este año llegó con Aliados y una marcada propuesta de 360 grados. En tiempos en que principalmente los jóvenes ya no miran tele únicamente sentados en un sillón, sino que la comentan en Twitter, la comparten en Facebook y buscan todo el tiempo información fresca, ella facilita las cosas y les pone todo eso y más al alcance de la mano. Inaugura un formato, mitad tele, mitad web y hace crecer la expectativa, lucha contra ese “silencio” entre capítulo y capítulo que podría cansar, aburrir, y se toma la molestia de incorporar material accesorio a partir de nuevas plataformas, tira a fondo de la caña para que el anzuelo se enganche lo más profundo posible en su público.
Busca que su público sea algo más que sólo audiencia, busca que sean fanáticos. Desde páginas de internet, el teatro, conciertos, y guiños constantes que rodean al programa les da entidad a los personajes, no a los actores sino a los personajes, para hacerlos ver lo más reales posible, como si estuvieran ahí afuera, como si sacaran discos, dieran shows o tuvieran un blog. Ataca todos los flancos, las subjetividades, y sabe cómo llegar a jóvenes que nunca son los mismos, pero a los que les habla como si los conociera de siempre, como si ella fuera una más.
En tiempos en que las fórmulas se repiten y los números empiezan a reflejar que hoy a la tele de aire se le está pidiendo más, Cris Morena es de los pocos que entienden que la repetición agota la fórmula, y busca reinventarse en cada proyecto. Para algunos un riesgo innecesario, para otros, el secreto de su éxito.
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